Pau Pedragosa:
“De la abstracción al cuerpo de la arquitectura”
¿Crisis de la arquitectura o la arquitectura como crisis?
La arquitectura está golpeada por una grave crisis. La razón profunda de esta crisis consiste en que la arquitectura se encuentra escindida entre las dos culturas opuestas e irreconciliables que definen el mundo contemporáneo: la producción tecnológica y la comprensión humanística. Desde la cultura tecnológica se concibe la arquitectura como una máquina abstracta de habitar que racionaliza y estandariza la vida humana. El ideal que impulsa esta arquitectura es la exactitud y la eficacia para mejorar las condiciones físicas de nuestra vida.La segunda cultura comprende la arquitectura como cuerpo concreto que interpreta la complejidad del mundo de la vida cotidiana. El ideal que anima esta arquitectura es la morfología que caracteriza aquellos aspectos de la vida que no se pueden calcular y planificar pero que buscan dar sentido a lo que significa llevar una vida buena.
El movimiento moderno en arquitectura, a principios del siglo 20, se enfrentó a esta crisis y se decidió por la tecnología, por la máquina de habitar, por la racionalización de los edificios y de nuestro entorno, Ahora, en un contexto de crisis sorprendentemente parecido al de hace un siglo, es el momento de compensar la comprensión abstracta del habitar mediante su particularización y concreción. Esta es la intención de la fenomenología, o de la concepción existencial de la arquitectura, que promueve el cuerpo, el contexto histórico y natural, y la experiencia cotidiana, como base e inspiración de la arquitectura.
El problema es cómo reconciliar dos racionalidades tan diferentes. Esta es la crisis o brecha abierta entre conocimiento científico y comprensión existencial, entre tecnología y arte, en una palabra, entre conocimiento y sabiduría, verdad y sentido.